La guerra ha impuesto un sufrimiento inimaginable a las mujeres sirias. Han experimentado violencia, arrestos, tortura, desplazamiento y la dura experiencia del exilio. El matrimonio forzado, la explotación y la pérdida del sostén familiar son realidades que muchas han enfrentado. Además de las profundas heridas emocionales y psicológicas, se han visto obligadas a asumir la responsabilidad económica de sus familias en condiciones extremas.
Damasco, 25 jun (SANA) Tras la devastación de la guerra en Siria, con ciudades en ruinas y una sociedad profundamente herida por la pérdida de cientos de miles de hombres, las mujeres sirias han emergido como pilares fundamentales en la reconstrucción del país. Similar a la experiencia de las mujeres alemanas tras la Segunda Guerra Mundial, ellas asumen la titánica tarea de restaurar la vida cotidiana, desde la reconstrucción de hogares hasta la reactivación de la economía.
Con manos curtidas por el sufrimiento y rostros marcados por la adversidad, las mujeres sirias lideran con un perfil bajo pero con una determinación inquebrantable. Se las encuentra al frente de escuelas deterioradas, impulsando pequeños negocios, reabriendo clínicas médicas y buscando estrategias de subsistencia para sus familias y sus comunidades. En la ausencia de muchos hombres, ellas se convierten en sostén familiar y gestorías locales, ocupando un espacio crucial en la frágil reconstrucción social.
Este liderazgo discreto no es casualidad, sino el reflejo de una profunda comprensión de su rol crucial durante y después del conflicto. Ellas se han convertido en la piedra angular de la reconstrucción, tejiendo lentamente un nuevo tejido social desde los escombros de la guerra.
El peso de la guerra sobre las mujeres sirias
La guerra ha impuesto un sufrimiento inimaginable a las mujeres sirias. Han experimentado violencia, arrestos, tortura, desplazamiento y la dura experiencia del exilio. El matrimonio forzado, la explotación y la pérdida del sostén familiar son realidades que muchas han enfrentado. Además de las profundas heridas emocionales y psicológicas, se han visto obligadas a asumir la responsabilidad económica de sus familias en condiciones extremas.
Sin embargo, su resiliencia es notable. Han participado activamente en el movimiento revolucionario, en organizaciones de la sociedad civil y en labores de ayuda humanitaria, demostrando una capacidad excepcional de adaptación y de lucha. Su presencia en sectores como la educación, la enfermería, la agricultura y la industria ha sido crucial para la supervivencia de sus familias y comunidades. Su historia se convierte en una inspiración global.
El paralelismo entre las Trümmerfrauen y el liderazgo silencioso de las mujeres sirias
La devastación de Berlín tras la Segunda Guerra Mundial, con más del 70% de su infraestructura destruida, ofrece un paralelo impactante con la situación actual en Siria. El surgimiento de las *Trümmerfrauen* (“mujeres de los escombros”), quienes reconstruyeron Alemania en medio del caos y la ausencia de una autoridad estatal efectiva, se refleja en el papel fundamental que desempeñan las mujeres sirias en la reconstrucción de su país.
El fenómeno de las *Trümmerfrauen* no fue un producto de un mandato externo, sino una respuesta nacionalista y colectiva ante la necesidad imperiosa de reconstruir la nación. Este surgimiento orgánico, basado en una convicción profunda, es similar a la situación en Siria, donde las mujeres, a pesar de la ausencia de una estrategia coordinada, han asumido la responsabilidad de la reconstrucción a nivel comunitario. La decisión arbitraria de las autoridades de Damasco de despedir a miles de mujeres trabajadoras, contrasta con la iniciativa espontánea y vital de las sirias, que han demostrado una capacidad de resiliencia y liderazgo impresionante.
Un deber nacional: reconstrucción desde la base
El testimonio de Samira Jaber, maestra en la zona rural de Homs, ilustra la realidad de este compromiso silencioso: con las escuelas en ruinas y la inseguridad rampante tras la caída del régimen, ella y otras docentes asumieron la tarea de mantener la educación en funcionamiento. Su trabajo, inicialmente percibido como temporal, se ha transformado en un pilar fundamental de la reconstrucción social.
Como lo expresa Jaber: “Esta era nuestra responsabilidad, y es una responsabilidad sagrada”. Este sentimiento de deber nacional, compartido por muchas mujeres sirias, trasciende lo personal, convirtiéndose en un motor de cambio a nivel comunitario.
La imagen de la mujer siria, madre, esposa, trabajadora y resistente trasciende la simple descripción. Su fortaleza reside en la combinación de su resiliencia ante la adversidad, su capacidad de adaptación y su compromiso por la reconstrucción de un futuro mejor, a pesar de las cicatrices profundas dejadas por la guerra.
Watfeh Sallom