Con aproximadamente 16 exposiciones en Alemania y varias distinciones de ministerios alemanes, Assaf ha logrado un notable reconocimiento. Su arte, que combina técnicas tradicionales y modernas, se centra en la reconstrucción de la memoria y la belleza de la arquitectura siria, ofreciendo una poderosa y conmovedora narrativa a través de la miniatura. Su elección de materiales y colores responde a su visión artística y al mensaje que busca transmitir: la persistencia de la belleza y el espíritu sirio a pesar de la adversidad.
Damasco, 19 jun (SANA) Ghazwan Assaf, un artista sirio afincado en Bochum, Alemania, ha encontrado en el arte de la miniatura una vía para expresar su nostalgia por su patria y el sufrimiento causado por la guerra. Desde su exilio, iniciado en 2014, recreó con meticulosa precisión casas damascenas, tanto las que guarda en su memoria como las destruidas por el conflicto, ofreciendo al espectador un viaje a través del tiempo y la historia de Siria.
Sus obras se caracterizan por un detallado minucioso, que permite apreciar la belleza arquitectónica de las casas tradicionales damascenas, así como la desolación dejada por la guerra. Cada miniatura, elaborada con madera, piedra, mármol, mosaicos, vidrio y metal, es una pieza única que trasciende la simple representación visual para convertirse en un testimonio del pasado y el presente de Siria.
En una entrevista, Assaf explicó su motivación: “Dejé Siria con el alma aún apegada a sus hogares y su gente. Visitarlos se ha vuelto extremadamente difícil… Mi gran amor por los sitios históricos y las casas antiguas de mi país me ha impulsado al arte de la escultura para compensar y reconstruir lo que he perdido y anhelo”.
Su primera creación, una maqueta de una casa damascena inspirada en sus recuerdos, marcó el inicio de este proyecto personal que ha evolucionado hacia la realización de encargos, incluyendo la reconstrucción de hogares destruidos que sus propietarios no han podido ver en años.
Assaf no se limita a la representación arquitectónica. Sus obras, como una pintura que representa a una persona caminando sobre una cuerda floja, una metáfora de su propio viaje hacia el refugio también refleja sus emociones y la complejidad de su experiencia.
Para él, estas miniaturas no son solo arte, sino un cuestionamiento sobre la vida de las personas afectadas por la guerra y el impacto duradero del conflicto.
Con aproximadamente 16 exposiciones en Alemania y varias distinciones de ministerios alemanes, Assaf ha logrado un notable reconocimiento. Su arte, que combina técnicas tradicionales y modernas, se centra en la reconstrucción de la memoria y la belleza de la arquitectura siria, ofreciendo una poderosa y conmovedora narrativa a través de la miniatura. Su elección de materiales y colores responde a su visión artística y al mensaje que busca transmitir: la persistencia de la belleza y el espíritu sirio a pesar de la adversidad.
Las casas damascenas, con sus naranjos y flores de jazmín, se convierten en símbolo de un pasado añorado y un futuro por reconstruir.
Tras el colapso del régimen, Ghazwan Assaf regresó a Siria, inaugurando exposiciones en Idlib y Alepo bajo el título “Restos de la Memoria”. Esta muestra presentó pinturas e instalaciones que reflejaban la devastación y la ausencia, documentando la destrucción de ciudades sirias, hogares abandonados y objetos cotidianos convertidos en símbolos de pérdidas irreparables, consecuencia de los crímenes cometidos por el antiguo régimen.
Assaf sueña con crear un museo dedicado a las miniaturas, donde se narre la historia de Siria y otros países.
Watfeh Salloum