Latakia, 11 jul (SANA) La gravedad de esta catástrofe se ve intensificada por la presencia de minas y remanentes de guerra no detonados, que constituyen un peligro constante y mortal para los equipos de bomberos y rescatistas.
Los equipos de defensa civil y bomberos sirios, con el apoyo de voluntarios ambientales y activistas, continúan sus incansables esfuerzos para controlar las llamas. Esta compleja operación se ha visto obstaculizada no solo por la velocidad del viento y el terreno montañoso, sino también por la dispersión aleatoria de restos de guerra y campos minados dejados por el conflicto.
Aeronaves especializadas y equipos de países vecinos como Turquía, Líbano y Jordania se han unido a la lucha.
La amenaza oculta: minas que estallan entre las llamas
La Dirección de Defensa Civil siria confirmó que el 5 de julio se produjeron explosiones de restos de guerra y minas cerca de la aldea de Al-Tafahiya, en Qastal Maaf, debido a los incendios forestales. “Esto pone en peligro la vida de los bomberos y dificulta sus esfuerzos de extinción, aumentando la propagación de las llamas en la zona”, señaló en un comunicado.
Abdul-Kafi Kiyal, el director de gestión de emergencias en Latakia, corroboró que la proliferación de minas y proyectiles sin detonar es uno de los principales obstáculos para las operaciones de extinción en la región.
Alerta de la ONU
La situación ha suscitado una profunda preocupación internacional. Las Naciones Unidas han solicitado la movilización de apoyo urgente para el gobierno sirio y las comunidades afectadas por los incendios.
Adam Abdelmoula, coordinador de asuntos humanitarios de la ONU, indicó que equipos especializados están llevando a cabo evaluaciones urgentes para determinar la magnitud de la catástrofe y las necesidades humanitarias inmediatas.
Por su parte, Najat Rushdi, la diputada del enviado especial de la ONU para Siria, expresó su “profunda preocupación por los devastadores incendios y sus efectos en el medio ambiente y la población”. A través de su cuenta en la plataforma “X”, detalló que “los incendios se han extendido a decenas de aldeas, causando la destrucción de cultivos agrícolas y el desplazamiento de un gran número de familias, así como la pérdida de sus fuentes de ingresos y medios de vida”.
Pérdida ambiental sin precedentes
Activistas ambientales lamentan lo que consideran una “catástrofe ambiental sin precedentes” para la vegetación de la provincia. Las llamas han consumido vastas áreas montañosas, reduciendo a cenizas especies de plantas y árboles centenarios, así como diversas especies animales.
Un voluntario, miembro de una asociación especializada en bosques, afirmó que las pérdidas ambientales son “catastróficas”, ya que han afectado una de las reservas ecológicas más importantes y ricas del país. La magnitud total de estas pérdidas no podrá determinarse hasta que todos los incendios estén completamente extinguidos.
La catástrofe en Latakia es un sombrío recordatorio de cómo las crisis ambientales se entrelazan con las profundas cicatrices de un conflicto prolongado.
Mientras los heroicos esfuerzos de extinción continúan, la amenaza latente de las minas y los residuos de guerra no solo pone en peligro vidas, sino que también agrava la devastación. La respuesta internacional será crucial, no solo para aliviar el sufrimiento inmediato y restaurar los ecosistemas perdidos, sino también para abordar de manera decisiva el persistente y mortal legado de la guerra que sigue encendiendo tragedias en Siria.
Por Watfeh Salloum