Damasco, 29 may (SANA) La composición genética de una persona desempeña un papel clave en su respuesta a las sustancias presentes en alimentos y bebidas, así como en la cantidad y frecuencia de su consumo.
Sara Mahdavi, científica clínica de la Universidad de Toronto, Canadá, señala que la mayoría de los estudios no consideran la genética de los consumidores, a pesar de ser un factor determinante.
Según la cadena canadiense CBC, Mahdavi explica que las diferencias en la respuesta al café se deben a variaciones genéticas, especialmente en la velocidad de metabolización de la cafeína.
Un estudio realizado por Mahdavi reveló que las personas con metabolismo lento de la cafeína que consumen más de 300 mg al día tienen mayor riesgo de sufrir problemas de salud, como deterioro de la función renal e hipertensión. Por el contrario, quienes la metabolizan rápidamente se benefician del café, ya que presentan menor incidencia de infartos y no experimentan efectos negativos en los riñones, independientemente de la cantidad consumida.
No obstante, Mahdavi recomienda no superar los 200 mg diarios de cafeína (equivalente a 1-2 tazas), mientras que “Health Canada” establece un límite de 400 mg al día para adultos no embarazadas ni en período de lactancia.